La Nieta de Pepa

  En un mágico entorno como es el sevillano Barrio de Santa Cruz, concretamente en la calle Rodrigo Caro, se encuentra uno de esos típicos y modestos bares de la zona que apenas tiene unas diez mesas en su interior y otras tantas en una de las encantadoras plazas del barrio. Bares como estos, aunque cada uno diferente y a su manera, hay muchos pero quiso el destino que entrara en La Nieta de Pepa para probar hasta ahora las mejores patatas bravas de Sevilla.

  Entre el cansancio y el hambre dados en una larga jornada de Semana Santa sevillana, un céntrico bar que mantiene sus azulejos originales de tienda de antigüedades, donde los platos del día y las especialidades se escriben en una pizarrita colgada junto a la puerta, y sobre todo que desprende un  magnífico aroma, es una oportunidad irrechazable para descansar y recuperar fuerzas. La decoración del local era bastante curiosa, mantiene elementos antiguos y con solera como una gran lata de pimentón de La Vera, las paredes de ladrillo visto, una carta repleta de platos tradicionales... y por otra parte tiene elementos de contraste como sobrias mesas y sillas blancas o una ejecución y decoración bastante moderna en muchos de sus platos. En cuanto a la carta, tal y como he dicho, platos típicos: berenjenas, boquerones, rabo de toro, lomo con diferentes salsas, patatas alioli, montaditos en cantidad... entre los que cabe destacar el cazón en adobo (para mi gusto bastante bueno, aunque le faltaba un poco más de gracia) y la "cazuela de pepa", que consiste en gambas en una cazuela de barro con aceite, vino blanco, una punta de guindilla y jamón (aunque hay que decir que olía mejor que sabía). Y como no podía ser de otra manera, escrito en la pizarra exterior se encuentra nuestro plato estrella, y que irremediablemente probamos.

  Creo recordar que hasta ahora, y exceptuando barbaridades como la de "La Sureña", éste es el único bar que haya probado en Sevilla que sirve las patatas bravas más al estilo original o del centro de la península: una única salsa, normalmente un poco anaranjada, que baña a las patatas. Pero sea de una variante u otra, unas buenas patatas bravas deben ser picantes en su justa medida, estar bien fritas por fuera y blandas y un poco compactas por dentro, y sobre todo tener sabor. Pues bien, la receta de La Nieta de Pepa cumple estos tres requisitos fundamentales. Servidas en una sartencita, las patatas están cortadas en gajos y bañadas en una salsa rojiza origen de un espléndido aroma que hace la boca agua. He de reconocer que la salsa me recuerda a otra que tomé hace muchos años, por lo que no estoy seguro de que sa salsa la hagan ellos o la compren, pero la verdad es que es muy buena. Al principio la salsa no pica apenas, sobre todo se aprecia un toque salado y un buen sabor que recuerda muy tenuemente a tomate, pero a medida que vas tomando patatas el picante aparece, y termina de hacer gala al nombre de la receta sin sacrificar el sabor.


  Concluyendo, la primera vez que pruebo unas patatas bravas a la manera original resulta ser un éxito, sin duda una de las mejores versiones que he probado de Despeñaperros para abajo (aunque seguramente más de uno no coincida conmigo). Recomendable el plato y recomendable el bar, así que os animo a un día que paséis por este maravilloso barrio, entréis en La Nieta de Pepa y os toméis unas buenas bravas.

Resumen:

  Nombre y Localización: La Nieta de Pepa. Calle Rodrigo Caro 7, Sevilla.

  Valoración del Restaurante: Muy Buena.

  Versión de las Bravas: Dos Salsas.

  Valoración de las Bravas: Muy Buena.

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