La Sacristía

  En una de las calles con más bares y turismo de toda Sevilla, Mateos Gago, en un lugar inmejorable (casi "divino") muy cerca de la catedral, se encuentra el restaurante que nos ocupa hoy. Un bar muy eclesiástico del cual todo el mundo sale encantado, así que vamos a comprobarlo: en esta ocasión vamos al bar "La Sacristía".

  En apariencia, desde fuera parece un bar sevillano más: tradicional cartel acristalado a modo de bienvenida, ladrillo visto, madera y botellas de vino visten las paredes, una larga barra plagada de surtidores de cerveza glacial y de jamones colgantes, pequeñas mesas oscuras rodeadas de bancos o taburetes, pizarras "internacionales" que indican las especialidades de la casa, viejos faroles pendientes del techo, y mucha decoración religiosa e imágenes de la semana santa sevillana en cada rincón. Es un lugar bastante bonito y acogedor, además si lo prefiere puede sentarse en la terraza de la calle con vistas a la catedral hispalense, pero no tiene nada en la decoración que lo haga especial. En cuanto al servicio, que va uniformado con una camisa blanca y corbata negra, es atento y cordial, aunque los platos (por lo menos en mi experiencia como cliente, que puede ser un hecho aislado) llegan escalonados y con una diferencia considerable de tiempo.

  En el aspecto gastronómico, además de los platos y ofertas temporales que nos ofrecen las pizarras, en la carta podemos encontrar, entre un gran abanico de tapas, desde las recetas más tradicionales como el flamenquín, platos de jamón y queso, salmorejo, solomillo a las diferentes salsas, montaditos, tortilla de patatas y camarones... hasta platos menos comunes y más elaborados como los huevos a la flamenca, rollitos de berenjena o caldereta de venado. Y cómo no, entre tanta tapa y religión podemos encontrar nuestro plato estrella: las bravas.

  En "La Sacristía" no sólo sirven las bravas como tapa individual, también las ofrecen como acompañante con otras tapas como el flamenquín. Centrándonos en las bravas, las patatas estaban cortadas en cachelos a la forma tradicional, pero en lugar de estar cocidas y fritas éstas estaban solamente cocidas (o bien habían sido sumergidas en aceite un instante). En cuanto al aderezo, que es lo que realmente caracteriza el plato, en "La Sacristía" ofrecen la versión de una sola salsa, más castellana y del centro peninsular. La salsa anaranjada cubre abundantemente el plato, pero ni por esas le da el sabor que debería tener un plato de bravas. Al igual que pasa en "Levies", el aderezo parece más un puré de verduras soso y carente de sabor que una salsa picante y rica. Quizás si mojas una patata en toda la salsa disponible encuentres algún recuerdo al picante, pero yo desde luego no lo logré.

  En definitiva "La Sacristía", que pese a no ser diferente al típico bar sevillano, es un restaurante muy acogedor y agradable, un sitio perfecto para hacer un alto en el camino en una visita al centro sevillano, donde a un precio razonable puedes tomar unas buenas tapas de muchos tipos diferentes. Eso sí, si quiere probar unas buenas bravas mejor vaya a otro de los muchos bares de Mateos Gago.

Resumen:

  Nombre y Localización: La Sacristía. Calle Mateos Gago 18, Sevilla.

  Valoración del Restaurante: Buena.

  Versión de las Bravas: Una Salsa.

  Valoración y Precio de las Bravas: Muy Mala. 2'8€.

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