La Boquería

  En pleno Georgetown, uno de los barrios más famosos de Washington D.C., junto a muchas embajadas, universidades y hoteles caros, se encuentra un restaurante famoso y caro a la par, donde los "washingtonians" van de cuando en cuando a disfrutar de una buena cena. Da la casualidad que dicho restaurante es español, y que se llama "La Boquería".

  Quizás os preguntéis qué clase de español se mete a cenar en un restaurante español estando en la capital de EEUU, pero ese no es el objetivo de este blog. Lejos de lo que pueda parecer, es un restaurante bastante elegante, luces a media intensidad, una larga barra para tapear, pequeños salones en los que cenar tranquilamente, docenas de botellas de vino a modo decoración... atmósfera y ambiente agradable. El servicio, que no entiende nada de español, es bastante eficiente y agradable (como en casi todo bar americano): está siempre atento y rellenando vasos de agua cuando éstos se quedan a la mitad.

  La carta no es muy extensa, tan sólo una hoja sobre una tablita de madera, como la de los gastrobares modernos. En ella puedes encontrar una buena embajada de la comida española: paella, gazpacho, pimientos de padrón, tortilla de patatas, pinchitos... todo caro, pequeño y de gran sabor. Además tiene otra carta, ésta de bebidas, con casi cualquier bebida del país que te puedas imaginar, desde vinos malos, hasta denominación de origen, pasando por cerveza Mahou. De entre toda la oferta recomiendo especialmente los dátiles con beicon y Valdeón, el gazpacho y las croquetas cremosas.

  Y evidentemente uno de los platos contenidos en dicha carta eran las bravas. Me esperaba unas bravas dos salsas clásicas, pues el cocinero es catalán, pero en su lugar me encontré con las bravas más raras de este blog. Las bravas vienen servidas en un cuenco alargado, con la salsa suave sobre las patatas y la picante en el fondo del plato. A pesar de que las patatas están cortadas en forma de cachelos, estas no tienen efecto bombón helado ni nada parecido, más bien son efecto carbón, pues toda ella es crujiente y no da lugar a mojar la salsa. En cuanto a las salsas, la "mayonesa" sabe a aceite y la picante tiene un leve sabor y un débil picor, nada más. La combinación de dichos elementos no es muy desagradable, pero dista muchísimo de ser una tapa de bravas decente y menos por ese precio. Es una pena, pues ésta desastrosa versión es lo que muchos americanos tienen por "spanish food".


  Resumiendo, La Boquería es un restaurante caro y "cool", no es un sitio al que ir habitualmente por el alto precio de sus platos y la poca cantidad de los mismos (pagamos 37$ cada comensal y nos quedamos con hambre), aunque la calidad y sabor de sus platos es notoria en los mismos. Y si tienes intención de tomar bravas en D.C., te recomiendo que compres mayonesa, tabasco y ketchup en el supermercado más cercano y te hagas unas cutre-bravas rápidas, que seguro que son mejores que las de La Boquería.

Resumen: 

  Nombre y Localización: La Boquería. M Street 1837, Washington DC. 

  Valoración del Restaurante: Buena.

  Versión de las Bravas: Dos Salsas.
  
  Valoración y Precio de las Bravas: Muy Mala. 9$.

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