Macuro (Cerrado :( )

  En la trianera calle Rosario de Vega, concretamente en el número 10, muy cerca de la Plaza de Cuba se encuentra un bar atrevido, que apuesta por la mezcla y fusión de sabores, culturas y tradiciones de países de todos los continentes. No hablamos de otro bar que de Macuro.

  Un étnico y curioso cartel te da la bienvenida al restaurante que nos ocupa hoy: tanto el símbolo del local, parecido a un sol, como la tipografía de las letras que escriben "tAbErNa MaCuRo, cocina de mestizaje" nos permiten hacernos una idea sobre a qué tipo de restaurante vamos a entrar. Tal y como avanzaba antes, una de las palabras que mejor describen a este bar, tanto en su decoración como en la comida que preparan, es "étnico" y ahora voy a decir por qué. El local no es muy grande, lo compone una sola sala de tamaño medio decorada con múltiples cuadros (algunos de un artista que ha decidido exponer en el restaurante) sobre paisajes y elementos diversos del planeta, está plagada de sillas y mesas de madera sobre las cuales yacen rojos manteles individuales de papel. Hay muchos elementos decorativos como botellas de vino, velas, relojes antiguos... que le dan a Macuro cierta atmósfera "vintage". Algunas de las paredes y columnas del local están pintadas de negro con el fin de hacer las veces de pizarra gigante, en la que aparecen las diversas tapas, platos y vinos (muchos vinos) que ofrecen, y todo ello en múltiples idiomas. El servicio, al menos durante mi experiencia, no fue precisamente atento, a pesar de ser pocos los comensales presentes, tardaron en atendernos y la entrega de platos fue espaciada. El ambiente en Macuro es relajado, la luz es tenue y siempre hay música de fondo, pero impera en todo el local cierto olor a "fritanga" no muy agradable.

  En cuanto al aspecto gastronómico, en la estropeada carta puedes encontrar varios platos en diferentes secciones ("para empezar", "para continuar"...) como la tosta de queso valdenebro con confitura de higos y reducción de jumilla dulce (muy recomendable), solomillo al whisky, falafel de garbanzos con espinacas y salsa de yogur, arepitas (unas tortas venezolanas), risotto, tartar de salmón y mango... y muchos más platos representativos de las diversas gastronomías del globo. Además en las pizarras puedes encontrar platos fuera de carta, como las patatas tartar o la tempura de calabacín y pipas con crema de calabaza (con una presentación increíble), y una extensa variedad de vinos de todo tipo. Resumiendo, la carta de Macuro está plagada de platos con los que puedes probar un cachito de diversas partes del mundo, todos ellos cargados de sabor y a buenos precios. Y como no podía ser de otra manera, en Macuro también preparan su propia versión de nuestro plato preferido: las bravas.

  La receta que hacen de nuestras queridas bravas, al igual que en el 90% de bares de Sevilla, es del tipo dos salsas. Las patatas no las fríen ni confitan ni hornean, simplemente las cortan en cachelos y las cuecen con piel incluida, de forma parecida a las "papas arrugás", quedando una textura muy suave y agradable. En cuanto a las salsas, la roja era un tomate frito casero (poco habitual) bien cargado de picante (tanto que llega  desafiar a "Er Más Bar" y sus bravas infernales), mientras que la blanca era una mayonesa muy suave, de sabor muy sutil por no decir casi imperceptible. Lamentablemente el posible de sabor de este plato, estéticamente muy bonito al llevar perejil triturado sobre las salsas, queda totalmente enmascarado por el papel de la sal: es tal la cantidad que lleva que incluso el picante pasa a un segundo plano y te provoca repetidos tosidos. Lo que no se es si tal cantidad de sal es debido a falta de sabor en las salsas o a un desafortunado descuido por parte del cocinero. Espero que la razón sea la segunda.

  En definitiva, Macuro es un bar curioso y peculiar, donde la gastronomía mundial se da cita en unos 10 metros cuadrados al servicio del cliente, con el fin de pasar una agradable y tranquila velada en todos los sentidos (menos en el olfativo debido al olor a frito previamente mencionado). Me gustaría volver para probar más platos y comprobar si las bravas son así de insulsas y extremadamente saladas, o si fue un error; en caso negativo, si les apetece tomar unas bravas, mejor no entren en Macuro.

  Resumen: 

   Nombre y Localización: Macuro. Rosario de Vega 10, Sevilla.

   Valoración del Restaurante: Buena.

   Versión de las Bravas: Dos Salsas

   Valoración y Precio de las Bravas: Muy Mala. 2'7€.

   Enlace Yelp

1 comentario:

  1. Las bravas no estaban buenas, se mastican las lascas de sal, pero la tosta de queso de cabra con confitura de higos... de muerte!!

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